Gonzalo
Guerrero: "el renegado"
Conocido como “el Renegado” por los españoles, fue el primer
español en asentarse con los indígenas mayas, a quienes
defendió hasta su muerte, en 1536.
En agosto de 1511, Gonzalo Guerrero formó parte de una expedición marítima con destino a la Española, en Cuba; días después de zarpar de Darién, en Panamá, la embarcación naufragó cerca de la Península de Yucatán, y 18 de los 20 sobrevivientes al naufragio fueron sacrificados por los indios cocomes.
En agosto de 1511, Gonzalo Guerrero formó parte de una expedición marítima con destino a la Española, en Cuba; días después de zarpar de Darién, en Panamá, la embarcación naufragó cerca de la Península de Yucatán, y 18 de los 20 sobrevivientes al naufragio fueron sacrificados por los indios cocomes.
Fue
capturado y esclavizado por los mayas. Pero cuando siete años después Hernán
Cortés quiso liberarlo, Gonzalo Guerrero ya se había convertido en un indígena
más. Su extraordinaria peripecia no pasó a los grandes libros de historia
porque se lo tachó de traidor, pero una película recupera ahora a uno de los
personajes más apasionantes que dejó la conquista de América.
Enamorado de la hija de un jefe maya, Guerrero se
había casado y había tenido hijos; los primeros mestizos entre dos mundos.
Cortés recibió su negativa como una intolerable traición.
A partir de ese momento Gonzalo Guerrero fue
considerado un traidor, un hereje y un apátrida. Cuando posteriormente los españoles intentaron conquistar la tierra de
los mayas, Guerrero instruyó a estos en las técnicas de batalla necesarias para
contrarrestar los ataques españoles. Por primera vez, los conquistadores se
enfrentaban a gentes que no temían a los caballos, que hacían empalizadas y
fuertes en los lugares de paso, que no temían el sonido de los disparos y que
habían adaptado sus armas para las nuevas situaciones de guerra. Los cronistas de la época, que escribieron mucho
después sobre el enigmático personaje, siguieron los intereses y las
indicaciones de quienes los pagaban. Y para algunos la figura del Guerrero
traidor les venía como anillo al dedo. La presencia de un
personaje como Guerrero pudo contribuir muy bien a explicar el gran fracaso de
Francisco de Montejo en la conquista de Yucatán.
A Gonzalo las circunstancias
le ayudaron a tomar la decisión, primero, porque no estaba muy seguro de dónde
se encontraba (en Chectmal, la actual Chetumal); segundo, porque no tenía
acceso a un barco que le pudiese llevar de vuelta a Cuba y, tercero, una
vieja razón: el amor, o algo que se le acercase (conveniencia, lujuria, etc.).
Disciplinó a los indígenas, los adiestró en el manejo de las armas y la construcción de fuertes, trincheras y baluartes, murió en 1536 al defender a los mayas de las tropas del capitán Lorenzo de Godoy.
Hoy,
es considerado como el “Padre del Mestizaje” y un monumento a su persona se
encuentra, paradójicamente, sobre el Paseo Montejo en Mérida, Yucatán.
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